5 de octubre de 2007


Mendoza tiene Troles desde que yo me acuerdo. Antes seguro también, aunque quizás eran tranvías. No sé. Pero en la década de 1980 circulaban por la ciudad unos carros japoneses, de formas bien redondeadas y un color mandarina característico, que te pintaban el paseo de una forma cordial, casi lúdica. Eran unas máquinas bastante grandes y casi torpes en su andar, que tanían grandes asientos en absoluto mullidos, pero a la vez tapizados de una cuerina resquebrajada como si fueran de arcilla.
Tiempo atrás uno transitó mi recuerdo, como si en él pudiera haber cables de recorrido cerrado y el Trole, colgado a ellos, corriese por la infancia que brotaba como agua en mi escritorio. Por eso lo dibujé tal y como lo veía mientras viajaba por una Arístides Villanueva sin bares, doblaba por Boulonge Sur Mer y al llegar a Emilio Civit donde esquivaba el bloque de cemento que alguna vez protegió a la policía de tránsito. Después, desaparecía por Jorge A Calle antes de llegar a Perú. Generalmente lo tomaba y bajaba en Estadio Pacífico. El Trole era eso en aquellos años: un paseo circular en todo idéntico al recorrido de la memoria y a las blandas formas de las máquinas japonesas. Las rusas y alemanas que vinieron después, en cambio, tienen el recuerdo calefaccionado y confortable, pero no el traqueteo eléctrico de los otros. Eso, es difícil de olvidar.

23 de agosto de 2007

ratones del vino


Tengo la sensación que a veces el vino está sobredimencionado. En esas ocasiones me da por pensar qué sería del consumo si en vez de vino, por ejemplo, se dieran cursos sobre cómo llevar la cartera o bien qué bufanda es la que se elabora en cierto rincón de la india con lana de Cachemira. Ahí es cuando suelen volver mis ratones. Los mismos que dibujo hace tiempo y que, de alguna manera, funcionan como interlocutores y hacen preguntas y comentarios sobre cualquier cosa. Esta es una rata típica. El comentario, creo, acertado. Sólo me da por pensar que el día en que encuentre un busto de una copa en una plaza pública, como una cenicienta de cuento de terror me brotará el bigote y crecerá una cola larga y latigueante, justo antes de quedar ratón para todo el viaje. Es profesía. Creer o reventar.

13 de agosto de 2007

Domingo, de vuelta a casa



Algo que sabemos todos es que, mientras uno no está en casa, los objetos que han quedado solos cobran vida. Ayer, domingo por la noche, volvía a casa y escuché música dentro. Decidí filmar lo que imagino estaba pasando cuando encendí la luz. Que lo disfruten.

16 de julio de 2007

Doble de Riesgo, una animación

Un corcho, una tapita un dado hablan japonés, corren carreras y son "DOBLES DE RIESGO". Dijo y Guillermo Hernández: "sublime, de arriesgada animación"

http://www.youtube.com/watch?v=seLyBCZc_dM

8 de julio de 2007


Oh, quién lo hubiera dicho... ha llegado el domingo. El día sorete de la semana llegó con un detalle gustoso: mañana es feriado. Y entonces levantarse, rodar por el living, preder la máquina, hacer unos mates y entrar al blog para manifestar un primer estado de ánimo, parecido a una resaca de sábado en trasnoche, bien puede ser un ansiolítico, un masaje cerebral. Y aún así, mientras Cansei de Ser Sexi -la banda del momento- levanta el ánimo de los sillones y pone a saltar los libros en la biblioteca con savior faire tecnoelectrónico, tengo esta casi penosa sensación de recién venido al mundo. Miro por la ventana. Afuera, nublado. Adentro: nublado también.
Me acordé de este dibujo que ya tiene un año y de la noche en que fue hecho. Qué sería de nosotros sin la sorpresa. Por suerte, mañana hay un día más para averiguarlo.

6 de julio de 2007



Una pregunta: si en la mitología del tango el vino carlón es bebida de guapos, cómo es que en la cumbia de hoy la cerveza despunta como trago cabeza. Cosas de la imagen corporativa y los pensadores del marketing. Y mejor aún, si una visión concreta del vino puede tenerse en cualquier plaza, donde los cartones entonan vacíos la resaca que calla a otro, dónde está el vino en el mito moderno, dónde en la nueva cara de la música que vive en la calle.
Algunas notas parece reentonar el tetra, lejos del escritorio de un publicista. En los últimos tres días, en Villa Crespo, he encontrado ciertos grafittis rojos y grandes sobre paredes blancas: Vinolencia, dicen. He ahí un tomador real de vino. Uno que, lejos del blabla, poeta contundente canta lo que vive.

4 de julio de 2007

En la era post-tamagochi y de la interné a full


Leía la semana pasada que ciertos científicos israelíes habían logrado modificar el gen de un tomate, cambiándolo por uno de la albahaca. El restultado: un nuevo tipo de tomate cherry con gusto a limón y refinadas notas de menta. Sofisticado, sin dudas a tono con la lógica chic del in gourmet.
Esa lectura me llevó a pensar en otros transgénicos y en la manipulación del material genético. Si bien es cierto que la misma naturaleza se manipula en su devenir, no podríamos pensar que el sentido último de ella sea el lucro. De manera que cuando veo este tipo de engendros nuevos, como la soja resistente al glifosato, el maíz Bt, o las vacas que proveen insulina y hasta la nueva leche con proteína de araña para hacer telas más duras y ligeras, se me viene a la mente este dibujo que hice tiempo atrás a propósito de los transgénicos. En la era post-tamagochi y de la interné a full, como diría un querido amigo, poco falta para tener una mascota en maceta que además opine sobre Tinelli y el baile del caño. Ese día, igual, no tendré ganas de estar ahí.

2 de julio de 2007

Vueltas increíbles del rodar salamín


Pocas cosas me maravillan tanto como los embutidos. Cumbre del sadismo y la racionalidad, rara vez se mira a estas piezas de increible sofisticación tecnológica como se debiera. Basta pensar que en un momento fueron tiernos chanchitos con cola de resorte, para que luego de alimentarlos calculadamente, gramo a gramo en la transformación mística del alimento en carne y grasa, les llegue el día fijado por calendario en las góndolas de la necesidad y la puja de precios. Eficaz, al cabo de un rampa ascendente el martillo los duerme para siempre y la trituradora -si es fina deja gruesos pedazos, los más fundentes al cabo en la boca- desmenuza toda vitalidad, reduciéndola al volumen racional y portable de la partícula. Entonces el plan se manifiesta en toda su maquinal factura: rellenar la propia tripa del porcino con lo que hasta recién era un rozagante cerdito, y atarlo a continuación con un piolín, seccionarlo nuevamente en porciones adecuadas a la venta. Comprado al peso, gramo a gramo en la realización de la carne como alimento, llegará a la tabla sobre una mesa inmaculada para oficiar el nuevo sacrificio simbólico, en forma de picada -nombre elocuente, si los hay-, para ser otra vez cortado, feta a feta, y otra vez razón de ajuste en las formas, hasta convertir un cerdito redondo y chillón en una rodaja a la medida del apetito portable de una mano. Tripa deshechada, la carne de inmediato es masticada y vuelta otra vez partícula ínfima, reducible, atomizada. Y todo esto, para no contar la parte del transporte, del matadero, de las polares cámaras frigoríficas donde espera transformarse en saciedad de la gula, medida en monedas contables y sonantes, que es lo que vale la pobre vida del cerdo.
Recuerdo que en San Juan, tiempo atrás, otro visionario del tema había inventado el Chanchoplán: en cómodas 12 cuotas se compraba un chancho que luego el frigorífico entregaba faenado en tiernas bondiolas, salamitos, dos voluminosos jamones. Una vuelta más en la las ya vueltas increíbles del rodar salamín.
Como se preguntaba el cerdito de ese otro dibujo, anterior a este, qué sabrán los chanchos de tanta economía de formas aplicada a sus propias vidas. Sospecho que nada. Sería terrible asistir al día de la rebelión y tener que pasar por la picadora. Orwell lo vio en su momento y es una suerte que los chanchos no sepan leer.

15 de junio de 2007

Fuga de invierno



Una nevada, donde acustumbra verdear la vid, siempre tiene algo de místico o sencillamente increíble. Rara vez el paisaje está tan desnudo y rara vez, también, tan geométrico y persistentemente en fuga. Qué puede haber tras la hilera de árboles resecos, al final de esta calle de postes, igual y paralela a la que se levanta a ambos lados y así hasta donde alcanza la vista?
Sólo en los grandes espacios, donde el ojo rueda hasta el agotamiento, puede percibirse lo que en tiempos remotos la gente llamó hadas, elfos, centauros o dioses a secas. No es algo que esté en el monte. Es algo que habita en quien observa y que un paisaje desnudo, helado y sin placer humano alienta a sentir. Pensándolo bien, no es raro que los antiguos frente a este misterio que luego brota, verdea y crece en frutos tropezaran con lo más hondo de sus dudas y se maravillaran, como uno ahora, al ver el paisaje desnudo del viñedo.
Y en él, sólo un pájaro.
Pájaro que con las mismas dudas, muerto de espanto y hambre, deja que el viento le infle las plumas, borracho también a su manera con la intensidad de las cosas. Borracho y espectante por lo que pueda venir con el temporal; y el final del temporal; y el comienzo de lo que espera.
Nada lejano ni remoto. Sólo que nosotros no somos pájaros.

1 de junio de 2007

Publicidad del vino


Recordando buenamente las publicidades de vino español, he aquí una parodia de cierto cartel que viera una vez en tierras manchegas. Más una reflexión: por qué será que dentro y fuera de España sangre y toro están indisociablemente allegadas al vino? Pienso en Toro Viejo, Resero, Giol y su famoso taurino de bronce; también en algunos vinos húngaros que probara en el mismo viaje, conocidos como Egri Bikavér, literalmente sangre de toro; unos pocos productos italianos. Será que la representación del fluido vital, como en el cristianismo con su mártir, es indisociable de ciertas faenas? Cómo sería hoy, ilustrado marketing mediante, una propuesta de vinos segmentada y dirigida a los productores de ganado? Imagino algo relativo al 4x4 y un eslogan más bien pobre: "un vino rojo profundo, de intensos aromas y boca blanda y refinada. Un todo terreno".

31 de mayo de 2007




Este es el ojo de la vid. En pleno otoño 2007, un mes después de la vendimia, un zarcillo proyecta su sombra ocular sobre la hoja crocante de un malbec. Mira, con una última esperanza, el largo crepúsculo de la estación, camino de la nieve, el viento helado y la desnudez. Acaso parece un gran naturaleza muerta; acaso, un sistema rígido de nervaduras resecas, que marcan le último curso que transitó el agua de la vida, camino a la célula hoy muerta. En todo el cuadro, la luz es el clima. La misma luz que hace al ojo, a la sombra y en última instancia al vino que de ellas nació.

3 de abril de 2007


Cuando terminé este dibujo, imaginé la charla que los animales podían llevar adelante en el bar. A continuación, un fragmento:
(sobre el cuchicheo de las demás voces; también el entrechocar de cubiertos)
-No deberías tomar tanto, Cerdo. La vida no es para atragantarla.
-Pss! Vos tenés perra y a mi me dejó la chancha y sin máquina de hacer chorizos.
El perro lo mira sin entender. El chancho dice:
-Qué; es algo que le escuché a un granjero la semana pasada. Ni chancha, ni máquina de hacer chorizos, dijo. Qué serán esos famosos chorizos?

2 de marzo de 2007

Vendimia


Veinte kilos de uva es cuanto se alcanza a ver en primer plano. La cosecha es así. Tacho tras tacho, el mísero peso de un racimo completa como átomos el todo del camión: 3, 4, 5 y hasta 6 toneladas, tijereteadas a miles de plantas, cargadas entre manos y acarreadas a la caja final, donde reposarán apenas hasta la entrada en bodega. Cada tacho se paga con una ficha; cada ficha, también llamadas gamelas, representa tantos centavos para cobrar al cierre del día. La cosecha es así. No hay plata en efectivo pero todos se juegan el dinero: el cosechador un salario, el productor el rinde, la bodega sus vinos. Por eso la vendimia mueve hasta la última rama de Mendoza; porque todo un año de trabajo se cocina en pocos días para todos.

las moscas vuelan en avioneta


Sábado por la noche. Amigos de visita y unos Toso Extra Brut, frapé frapé, elevan sus corchos al blanco del techo, animando la conversación. Cuando ya estamos como para afirmar apariciones y suscribir candidaturas, a uno de los presentes, que viene de leer los Cuentos de la selva del mejor Kiplilng, se le ocurre la idea que ha quedado inmortalizada en el dibujo: cierta mosca, por ventura o desazón, que ingresa al insólito libro Guiness de los récords insólitos por ser la primera mosca bala de la historia.
A propósito, comento el sistema de lucha contra la mosca del mediterráneo (alias "de los frutos") y todos quedan con cara de récord recién impuesto: será que nadie cree que en Mendoza se crían moscas, se seleccionan los machos por color y luego esterilizados son arrojados en bolsas de papel madera desde una avioneta? No, nadie lo cree. Y ustedes?

La copa pulmotor


Recientemente inventada, la copa respiradora de vinos promete un nuevo horizonte para los que no aprendieron a girarla como es moda y menester. Se trata de un nuevo tipo de cristal , que elimina en su factura los agregados de plomo, cambiándolos por microburbujas de oxígeno que harán, según prometen sus fabricantes, del largo y paciente momento de oxigenar el vino a base de rotaciones incesantes, un instante efímero, rápido y tan sencillo como conducir un deportivo con cambios automáticos. Quién lo diría: pronto tendremos entre nosotros pulmotores para vino. Es que estamos todos locos o el vino subió hasta la última estratósfera en la cabeza de quienes hacen dinero con el placer?

En extremo!


Los publicistas lo intentan todo con tal de comunicar el vino. Este lo extraje de una revista de derpotes y tiempo libre, llamada En Extremo! Alguien vio cosa parecida alguna vez?

1 de marzo de 2007

Los viajes imaginarios


Acá vemos a Jack Mongolfier, as del vuelo en globo, llegar hasta las ciudades invisibles, más allá de la estratósfera. Noten bien el gesto que tiene: pertenece a un explorador cuya preocupación no es el destino sino la aventura. En este caso, según comentara Jack el día en que se tomó la fotografía, ante todo lo inquietaban los vientos solares que lo alejaban cada vez más de su senda y lo internaban en rincones desconocidos de la galaxia. Luego, dijo:
-Verás, desde ese torreón en adelante todo el cosmos se extiende como un mar de gases finamente esparcidos -miró hacia el firmamento, carraspeó-: nadie sabe qué esperar más allá.

25 de febrero de 2007

primer experimento


Esta es la primera foto que viene a inaugurar, también, el formato. Fue tomada en al plaza del Periodista, en Flores, a mediados de Febrero. El árbol que se ve es un Palo Borracho, nada menos indicativo de este periodista que este árbol.

como para empezar

Con este primer intento multimediático damos por empezada la experiencia blogger para los hermanos y amigos. Queda pues, inaugurado el site de creatividad más loco de la web y está en nosotros hacerlo más loco aún. Anímense a colgar y cuélguense colgando.