23 de agosto de 2007

ratones del vino


Tengo la sensación que a veces el vino está sobredimencionado. En esas ocasiones me da por pensar qué sería del consumo si en vez de vino, por ejemplo, se dieran cursos sobre cómo llevar la cartera o bien qué bufanda es la que se elabora en cierto rincón de la india con lana de Cachemira. Ahí es cuando suelen volver mis ratones. Los mismos que dibujo hace tiempo y que, de alguna manera, funcionan como interlocutores y hacen preguntas y comentarios sobre cualquier cosa. Esta es una rata típica. El comentario, creo, acertado. Sólo me da por pensar que el día en que encuentre un busto de una copa en una plaza pública, como una cenicienta de cuento de terror me brotará el bigote y crecerá una cola larga y latigueante, justo antes de quedar ratón para todo el viaje. Es profesía. Creer o reventar.

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