26 de enero de 2012

Averiguá qué fue lo que sucedió con esta botella de vino


Con esta foto, queda oficialmente inaugurada -en lo que respecta a Bien Jugosos- la Telescuela Vínica. Una escuelita enófila a distancia que busca desasnar sobre los problemas universales del vino, que siempre quedan bien en una sobremesa, una charla con los jefes o para el "chamuyo", pasatiempo nacional.

Ahora bien: ¿qué fue lo que le sucedió a este vino? Claramente el corcho se eleva medio centímetro desde el pico de la botella. Como el capuchón no cedió del todo a su empuje, el aspecto final es el de una suerte de Jorobado de Notre Dame que no se lo van a vender a nadie. Y si así fuera, es seguro que ese alguien no leyó este post.

Pensemos:

a) Si tuviera gas, seguro podría haberse provocado esta catástrofe. Pero no, no tiene gas.

b) Si el tapón fuera malo podría haberse deslizado -por gravedad o por la ley de Galileo Galimberti-. El tapón es buenísimo pero, como decía Tusán, puede fallar.

c) El vino creció en determinado momento.

En efecto, c) es lo que sucedió. Sometido a las altas temperaturas de Enero, seguro en el transporte hasta mi casa, o incluso antes, el vino se dilató tanto que empujó al tapón hacia afuera. Recordemos que el alcohol tiene un coeficiente de dilatación térmico muy alto: no en vano, reemplaza al mercurio en los termómetros (dato perfecto para el chamuyo).

El punto central a recordar es que, todo vino sometido a altas temperaturas, se dilata dentro de la botella. Si el tapón no está correctamente colocado, o bien el calor es excesivo, se produce este efecto de "ariete" y finalmente se eleva como una joroba. Y en ese caso, lo más probable es que el vino esté hecho percha, porque cada vez que el tapón se corre, las posibilidades de que le entre aire son crecientes.

Conclusión: no compren nunca una botella así. Fin del capítulo de hoy, no sin antes dejarles una enseñanza para todos los amantes de la Técnica: pinchen acá.

3 comentarios:

Antigua Feria dijo...

ajajjaja genial la clase...por suerte nunca me pasó y tengo los vinitos en el placard...oscurito y con la humedad justa ajajja Saludos!
Dani

DLR dijo...

Puede haber sucedido todo lo contrario. El pobre ejemplar olvidado en el piso de una heladera gauchita o en un freezer sufrió el congelamiento del contenido haciendo que el vidrio se contrajera y el líquido al congelarse aumentara su volumen desplazando el corcho hacia arafue. En ese caso, con algunos tartratos menos en suspensión, yo me lo tomo. La teoría de los dos demonios para el vino...

Leticia dijo...

Excelente idea lo de la escuelita. Ahí estaré en el primer banco con mi copa en mano.