Hay restaurantes que uno los ve de afuera y dice “esto no es para mi”. Es como si la pinta nomás ya te indicara que vas a sufrir. Muchas veces la corazonada es cierta. Pero otras, el corazón está claramente equivocado. Eso fue lo que me pasó con CorsoComo: su vidriera enorme, las pantallas de LCD en las paredes con los partidos de la Copa América, el combo de extranjeros y familia en plan cena con los hijos adolescentes en mesas bien iluminadas y regadas por luz neón violeta, fue algo que desde la vereda me costó digerir. Pero para mi sorpresa, descubrí un lugar alucinante al que volveré, sin dudas.
En la onda deli de diseño que hay en algunos edificios de Puerto Madero, este restaurante bar de Palermo adosado a las grandes torres de Juan B. Justo ofrece una cocina bien hecha, con productos de nivel y una barra muy afilada. La propuesta es simple: un lugar en el que reunirse a charlar, tomar un café o una copa, almorzar o leer entre semana y, ahora más que nunca, un bar para ver la Copa América.
A la frialdad del hormigón, la matizaron con unas lámparas de mimbre, unas lindas estanterías de madera en donde hay desde libros a copas y tres pantallas con sintonía futbolera. Pero el secreto de este restó cotidiano está en otro lado: en la excelente relación calidad precio, servicio amable y comida con un twist gourmet sin llegar a estar gourmetizada. En pocas palabras, un restó bar para cualquiera, al que se va sin ser un experto en comida y se lo disfruta igual.
Qué comimos
Fuimos a cenar con mi pareja. Y ni bien nos sentamos a la mesa trajeron unos shots de torrontés con cassis, como para ir entrando en clima, además de unos panes saborizados con cebolla y otras hierbas, y un deep con queso crema y pimentón. En esto, los 7 pesos que te cobran de cubierto quedan largamente justificados.
Y recién ahí, nos trajeron la carta. Es simple y ofrece exactamente lo que uno espera de un bar restaurante: algunos sándwiches, platos de fondo como lomo braseado al vino tinto y las pastas, que están completamente elaboradas en CorsoComo. Pedimos:
Una entrada de queso brie en panko ($36), hojas verdes y hongos, que se parecía mucho a los bastones de mozzarella en el aspecto (pero en nada más), ya que el sabor del queso era suave y fundente, con una cobertura crocante, y las hojas de rúcula estaban bien frescas. Plato sencillo y sabroso.
Una entrada de queso brie en panko ($36), hojas verdes y hongos, que se parecía mucho a los bastones de mozzarella en el aspecto (pero en nada más), ya que el sabor del queso era suave y fundente, con una cobertura crocante, y las hojas de rúcula estaban bien frescas. Plato sencillo y sabroso.
De principal, “caramelos de calabaza” ($37) que no son otra cosa que sorrentinos, con una crema de hongos que estaba del carajo (claramente pintaba funghi-porcini). El secreto, sin embargo, está en el relleno de calabaza, dulce y cremoso.
Tapeo español con albóndigas “cuadradas”. Al leer el plato quisimos saber qué eran y lo pedimos: no es la gloria, pero está bien. Vienen tostadas pan-tumac, unas papas bravas (fritas y rociadas con pimentón picante), junto con aceitunas, rúcula y las famosas albóndigas, ni más ni menos que un pastel de carne cortado en dados, ricas y con una salsa de tomates que les hace justicia. Ahora, como una picadita para compartir, sale con dos cervezas por 75 pesos. Bien.
Mención aparte merecen los tragos. Elaborados por la bartender Sabrina Lamas, con mano clínica para los ingredientes, tiene una oferta “de autor” que vale la pena explorar. Me gustaron especialmente Caipi Jagger, (es picante, lo sirven con un jalapeño coronando los hielos) y Pina Daniels (a base del viejo Jack Daniels, seco y herbal, servido en copa cocktail). Cada uno 30 pesos.
Volcán de Chocolate ($28) para el postre, que lo sirven bien, quizás un poquito seco, pero lo más importante: con rico sabor de buen chocolate.
Si buscás un lugar para hacer una parada en Palermo o bien querés un bar con buena comida para reunirte con amigos, agendalo. Más, si la copa se estira más allá de Argentina-Uruguay hoy y hay que ir a ver otros partidos.
CorsoComo queda en Humboldt 2125
Abre domingo, lunes y martes, de 8:30 a 20:30
De miércoles a sábado de 8:30 al cierre.
CorsoComo queda en Humboldt 2125
Abre domingo, lunes y martes, de 8:30 a 20:30
De miércoles a sábado de 8:30 al cierre.
2 comentarios:
La propuesta del lugar está muy buena. La foto del volcán de chocolate habla por si sola. Parece todo exquisito.
Melina,
me alegro que te tiente. La comida es buena y el lugar está bien puesto.
Salú!
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