En Estados Unidos hay consumidores para todo. Y entre los muchos productos que compran, existen varios vinos rarísimos, especialmente en Florida. En esta nota te proponemos un recorrido por algunas de las más bizarras versiones de la bebida que más nos gusta.
¿Probarías vino de cebollas? ¿Y uno de palta? ¿Y de tilo? Seguro que no, a menos que estés en Estados Unidos. Allá existen numerosos ejemplos de vinos elaborados con las frutas raras. Y si bien, técnicamente hablando, no son vinos –sólo lo es el resultado de la fermentación natural del mosto de uvas frescas de la vitis vinífera- también se acepta la denominación “vino de”.
Encuentran sus antecedentes en la antigüedad, en que se les llamaba vino a casi todos los fermentos, fueran de arroz, de cereales y frutas. Luego el tiempo decantó su uso en tres variantes: vino (de uva), cerveza (de granos) y fermentados o chichas para todos los demás. Estos últimos subsisten en varios mercados y a continuación pasamos revista al bizarro mundo de los vinos no viníferos.
Vino de Tomate: la vieja rencilla acerca de si el tomate es una verdura o una fruta, queda despejada con la existencia de Oovda Winery, que en Florida elabora un vino de mesa con tomate, según certifica la TTB (el organismo norteamericano encargado de expender las autorizaciones de venta). No tenemos ni remota idea de qué sabor pueda tener, pero arriesgamos que se parecería a una cerveza sin alcohol, cuyo gusto a tomate es ineludible.
Florida Sweet Abocado Wine. Tomá una docena de paltas, intentá fermentarlas y contanos qué gusto tiene un vino elaborado con este rico y verde fruto americano. Deducimos que será lo más parecido a la criptonita, en sabor y efectos sobre el organismo. Pero su contra etiqueta intenta convencernos de lo contrario. Dice: “tiene una refrescante nota de cáscara de limón en la nariz, que recuerda a un divertido día soleado en los cayos de la Florida. Absolutamente hermoso.” Cuesta 19 dólares.
Florida Banana Wine: técnicamente hablando existe la posibilidad de fermentar bananas o, al menos, las empresas Florida Orange Groves inc y Cross Creek Groves conocen la forma. Para la ley norteamericana se trata de un “vino genuino” hecho con bananas. Y lo mejor de todo: el Cross ganó un premio “Best of Class” en la Indiana State Fair Wine Competition. Cuesta 19 dólares en internet. Si lo querés probar, nada más entrá a www.crosscreekgroves.com
Vino de Melón. Otro hallazgo del mercado norteamericano, elaborado por Lone Maple Farm. En su contra etiqueta reza las siguientes notas de cata: “Este vino está elaborado con Melones Cataloupe hidropónicamente cultivados en nuestra granja. Es dulce, suave y le recordará a una cálida y relajante brisa de verano. Ideal para acompañar tartas de frutas. Sírvalo frío.” Impecable.
Vino de Tilo. Una rareza, sin dudas, que tiene efectos doblemente soporíferos: Por un lado, el tilo ayuda a la relajación, como es sabido; y por otro, el alcohol convoca al sueño. Un cóctel lenitivo que elabora la casa Wild Wines de Oregon. Con un plus: la empresa se dedica, entre otras ricuras, a producir vino de diente de león silvestre (panaderos, como se los conoce aquí), del cual, en la cosecha 2009, elaboraron sólo 20 cajas de 12 botellas. Se explica, ya que salir a juntar semejante cantidad de flores debe ser una tarea dura. Cuesta 20 dólares la unidad. Más en www.enjoywildwines.com
Onion Wine. Literalmente, vino de cebollas, fermentado con 55% de cebollas doradas, 27% de papas y 18% de pasas de uva. Hasta aquí, es lo más parecido a una pócima purgante. Pero no, el vino tiene un fin noble: su propósito es estrictamente gastronómico y se usa como un sustituto a la salsa de soja.
Honey Wine: para los antiguos egipcios los fermentos de miel eran una verdadera delicia que consumían en determinadas celebraciones. Sin embargo, Jailhouse Wine produce un vino de miel saborizado con 9% de naranjas y 1% de pasas de uva. Al menos la etiqueta es enigmática.
Vino de Sandía: una flagrante demostración de que el mito popular es falso y que la mezcla de sandía con vino no es letal. Lo produce Fieldstone Vineyards en Minnesota. Y si bien podemos hacernos una idea de qué sabor tiene, no podemos asegurar que la combinación final sea realmente rica. Si nos dejamos llevar por los comentarios en Facebook, al menos a 746 personas les gusta.
Esta nota fue publicada en La Mañana de Neuquén, el 13/03/11
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