Mostrando entradas con la etiqueta parrilla. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta parrilla. Mostrar todas las entradas

24 de diciembre de 2011

Restaurante Gourmet popular: Los Talas del Entrerriano


Tiempo atrás conversaba con Emilio Garip –dueño de Restaurante Oviedo, hombre gourmet si los hay- y coincidíamos en que para hacer una comida gourmet no hace falta que sea difícil, ni complicada, ni imposible de preparar en casa. “Lo único que hace falta son buenos ingredientes, buen producto y buena mano”, sostenía Garip.

De manera que en materia de parrillas Los Talas del Entrerriano, además de ser un restaurante de corte popular, es también un restaurante gourmet con todas las letras. Y si lo digo, es porque comí el mejor vacío del que tenga recuerdo, junto con unas costillas de porciones tan generosas que quedarán en el libro Hidalgo de los récords.

El único inconveniente con los Talas es que hay que ir hasta José León Suárez. Además, hay que tener en cuenta que no es un restaurante al que llevar a la novia para declararle tu amor, sino uno al que se va con la muchachada. Y en el término muchachada, calzan desde el grupo del trabajo a los amigos del barrio, a la familia entera en plan visita a un zoológico del consumo de carne o bien un meeting de colegas. Este último fue más o menos mi caso.


De partida, es un salón tan grande como dos canchas de futbol 5, techadas la mitad por una surte de machihimbre, y la otra mitad por una carpa de plástico transparente con tela de media sombra para que el sol no cocine. De las mesas –que son 64 y tienen capacidad para 450 personas- muchas están empotradas al piso con banquitos de madera también empotrados, mientras que otro tendal es móvil. Eso sí: la cantidad de gente que puede haber un viernes 23 al mediodía, sumada a la cantidad que hace cola para entrar, también entra al libro Hidalgo de los récords.

Es, en pocas palabras, una suerte de feed lot del vacuno a la parrilla, en el que lo único que resulta sagrado es la calidad de la carne que se sirve en las tablitas: jugosa y cocida al mismo tiempo, viene con unos chorizos caseros de contextura apretada, con un chimichurri preparado con destreza y buen gusto, pero en donde el centro de la propuesta es el lechón, del que llegan a cocinar 100 en una semana. Con un detalle para nada menor: Los Talas tiene su propio criadero y chacinadora en Cañuelas, donde además producen las verduras con las que preparan las ensaldas.

Detrás de este monumento al asado nacional, se encuentra Oscar Bopp, un entrerriano de 68 años, que tiene hasta tercer grado y que nunca se bajó del caballo. A mediados del 80 puso una parrilla en la vereda de la ruta, debajo de unos talas, y con el tiempo creció: primero con la parte techada, luego con la carpa, hasta convertirse en una leyenda de la parrilla, por cuyo restaurante gourmet peregrinan los fieles y los infieles, los pecadores y los redimidos de la carne.

Esta foto la tomé prestada de PlanetaJOY: la hizo el gran Pablo Mehanna.
¿El secreto? Algunos dicen que es el tamaño de las porciones (que son para compartir). Tan grandes, que resultan perfectas para ir en ayunas. Otros, aseguran que se trata de los buenos productos. Pero la verdad es otra: Los Talas es un éxito porque combina el costado popular de la cocina argenitna con una propuesta gourmet en lo gatronómico. Y es eso, Bopp  le da la derecha a Garip, quien opina –ahora como presidente de ACELGA, la  Asociación de Cocineros y Empresarios Ligados a la Gastronomía Argentina- que la comida de los argentinos se debe una revalorización que tenga en cuenta los consumos populares. Para descubrir al menos una parte, “Los Talas del Entrerriano” es un excelente lugar para empezar.

Gasto promedio: 100 pesos por persona + vino (cuya oferta es más bien chica)

Brigadier Juan Manuel de Rosas, Av. 1391, José León Suárez // Tel: 4729-8527
Lunes a domingos de 12:00 a 16:00  / sábados también por la noche.